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Abadía

Vista general del interior de la iglesia de la abadía desde la nave.


Verdadero centro de la vida monástica, la iglesia de la abadía destaca por el rigor cisterciense de su arquitectura y la armonía de sus proporciones. Desprovista de adornos, es característica de la pureza y la simplicidad buscada por los cistercienses.
Con una longitud inicial de 61 metros, la iglesia de la abadía carece, en la actualidad, del coro en su extremo este y de sus dos primeros tramos en el oeste.

En la nave, la bóveda de cañón apuntado de la nave alta está punteada por arcos dobles que transfieren la carga a los pilares macizos que dividen el espacio en seis tramos bien delimitados. Está reforzada perpendicularmente por las bóvedas de las naves laterales. El crucero, de 27 metros, alberga dos capillas rectangulares en cada uno de sus brazos.

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El ábside plano: una peculiaridad cisterciense

En el siglo XIII, el arquitecto Villard de Honnecourt calificó como «eglize desquarie» (iglesia trazada en escuadra) a las abadías cistercienses.

El ábside plano es una característica de los edificios que, obedeciendo a la orden del Cister, renunciaban a las curvas exteriores de la iglesia para lograr una mayor sobriedad. Por otra parte, las iglesias de dimensiones modestas presentan esta característica arquitectónica, así como la construcción de edificios con una sola nave y ábside plano, porque su construcción es menos costosa.

Las dos capillas del brazo sur del crucero de de la iglesia de la abadía vistas desde los jardines